¿En qué modelo me puedo basar para educar a mi hijo?
Los factores que influyen en el desarrollo afectivo y social
de una persona generalmente son cuatro: el modelo educativo de los padres, los
amigos, los medios de comunicación de masas, las experiencias vividas, y el individuo en sí mismo; aunque de una
manera general, se puede decir que es la
familia la entidad principal encargada de influir positiva o negativamente
en el desarrollo de sus hijos, pues es ella la que designa las amistades que ha
de tener, así como los programas de televisión que puede observar y además es
ella la que lo acompaña en la mayor parte de sus experiencias vividas.
Por estas razones, nos centraremos en el modelo educativo de
los padres como factor principal de crecimiento socio-afectivo de una persona (mas
no como el único). Al paradigma que agrupa los cuatro estilos de educación
familiar y los explica, se lo ha denominado: Modelo tradicional de socialización familiar.
En palabras sencillas,
este modelo nos dice que lo que hacen los adultos con sus hijos, es lo que
determina cómo es y será su personalidad y comportamiento, por ejemplo: si un
padre reprende a su hijo cada vez que se porta mal, este último actuará frecuentemente de la misma manera, por la
acción que realizó su padre.
Como vemos, esta postura resulta determinista y no considera
al individuo como ente activo en el desarrollo de su personalidad, acreditando
únicamente a los padres como las entidades promotoras de su desarrollo, sin
embargo, nos puede ayudar mucho y brindar información sumamente importante para
educar a nuestros hijos o alumnos, de una mejor manera.
Según esta perspectiva existen 4 estilos de educación o crianza:
el modelo democrático, el permisivo, el autoritario y el negligente. En cada modelo se describen, tanto las conductas predominantes en los
padres, como las características de sus hijos como consecuencia visible del
trato recibido por sus padres; lo cual
se representará a continuación:
Modelo
|
Conducta de los padres
|
Consecuencias de los hijos
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Democrático
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-
Expresan abiertamente el afecto que le tienen
a sus hijos.
-
Dan normas claras y exigen su cumplimiento,
aunque en ciertos casos puede haber flexibilidad.
-
Se comunican y dialogan sobre los intereses de
los hijos constantemente, centrándose en conocerlos.
-
Explican a sus hijos las razones por las
cuales no deberían o no, realizar determinadas acciones.
|
-
Tienen alta autoestima
-
Gran capacidad de autocontrol
-
Autonomía
-
No requieren que se les esté vigilando para
cumplir determinadas normas.
-
Mantienen buenas relaciones sociales con los
demás.
-
Pueden esperar para satisfacer sus deseos
espontáneos.
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Permisivo
|
-
Expresan abiertamente el afecto que le tienen
a sus hijos.
-
Dan pocas normas o ninguna, y poco exigen su
cumplimiento o en ocasiones, ni siquiera lo hacen.
-
Se comunican y dialogan sobre los intereses de
los hijos constantemente, centrándose en satisfacerlos.
-
Hay poco control sobre la conducta de sus
hijos.
|
-
Entusiastas
-
Alta autoestima
-
Se les dificulta controlar sus impulsos.
-
Evidencian impotencia para terminar tareas que
habían empezado y para posponer deseos personales que ralentizan tales tareas.
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Autoritario
|
-
Expresan poco afecto hacia sus hijos.
-
Definen normas claras y exigen su cumplimiento,
con un escaso diálogo o comunicación, enfatizando que la razón por la cual
debe obedecer su hijo, es porque el padre o el maestro es superior a él.
-
Muestra poca importancia ante los intereses de
sus hijos.
-
Ejercen un control riguroso en el cumplimiento de las normas
establecidas.
|
-
Autoestima media o baja.
-
Agresividad o impulsividad.
-
Requieren que se les esté vigilando para
cumplir sus obligaciones.
-
A veces, muestran dificultad para postergar
sus deseos o gratificaciones.
-
Poca competencia social.
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Negligente
|
-
Casi no muestra afecto
-
No define reglas ni exige su cumplimiento o si
lo hace, lo lleva a cabo con enojo excesivo.
-
Casi no se comunica ni dialoga con su hijo.
-
Muestra poca importancia a sus intereses y necesidades.
|
-
Deficiente autoestima
-
Escazas habilidades sociales.
-
Problemas de comportamiento.
-
Poca habilidad para controlar sus emociones y
conductas.
-
Es llevado por sus impulsos.
|
Basado en las síntesis realizadas por Palacios y Moreno
(1994) y por Ceballos y Rodrigo (1998)
Es importante que usted relea el contenido expuesto y
reconozca cuál es el modelo que usted está utilizando y reflexione, si eso es
lo que de verdad usted quiere para su hijo. Y sí, el modelo óptimo es el
democrático, pero lo más importante de todo esto, es la acción, la puesta en
práctica de conductas que favorezcan el desarrollo sano de sus hijos, y también
ser consciente de que no todo está en el
estilo educativo que empleen los progenitores, sino que también inciden
factores genéticos, de influencia de los iguales y los propios aportados por
cada niño o adolescente, como ya se mencionó con anterioridad, los cuales usted
podrá descubrir a partir del análisis de las propias manifestaciones mostradas
por sus hijos en su diario vivir y solicitando la ayuda de un psicólogo en
casos especiales.
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Bibliografía
- Ceballos, E. y Rodrigo, M. J. (1998). Las metas y estrategias de socialización entre padres e hijos. En M. J. Rodrigo y J. Palacios (coords.), Familia y desarrollo humano (pp. 225-243). Madrid: Alianza.
- Palacios, J. (2014).La familia y su papel en el desarrollo afectivo y social. En López, F., Etxebarria, I., Fuentes, M. y Ortíz, M. (Ed.), Desarrollo afectivo y social (pp. 267-284). Madrid, España: Pirámide.
- Palacios, J. y Rodrigo, M. J. (1998). La familia como contexto de desarrollo humano. En M. J. Rodrigo y J. Palacios (coords.), Familia y desarrollo humano (pp. 181-200). Madrid: Alianza.
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