¿Son necesarias las escuelas en la actualidad?
En
la actualidad se ha impulsado la ideología de que la escuela no es necesaria, de que los
conocimientos que nos enseñan en esa institución, no son funcionales para los
problemas con los que tendremos que lidiar en el futuro; así, se parten de
premisas como: “Todo te lo evalúan en un papel”, “no brindan espacios para
desarrollar los conocimientos y talentos que les interesan a los estudiantes”, “no
enseñan conceptos básicos sobre el emprendimiento”, “No se instruye sobre
finanzas, gestión de las emociones, expresión oral pública, cocina, etc.”. En
fin… Son casi innumerables las razones por las cuales se crítica y se opone a la educación escolar, el
punto es: ¿Qué tan ciertas y válidas son estas ideas? Y en caso de que sea
verdad ¿Qué alternativas tenemos para educarnos, aparte de la escuela?
Como
Licenciado en Ciencias de la Educación Básica y estudiante del Sistema Educativo Nacional de algunos países, es decir, de los objetivos, contenidos,
metodologías y criterios de evaluación planteados en el currículo oficial de cada nación, me
es posible deducir que el problema no está en la escuela, lo que se enseña en las instituciones educativas sí es
útil y funcional, aunque es verdad que
al currículo le hace falta incorporar más material útil y mayor flexibilidad en
sus planteamientos, el problema principal reside en:
Nosotros.
Sabemos
que hoy, los maestros se sienten explotados y desmotivados por la excesiva
carga horaria que les impone su jornada laboral, ya sea con una capacitación
intensiva en cursos de formación continua, implementación de múltiples proyectos
de trabajo, redacción de informes exhaustivamente detallados, poca
participación e involucramiento de los padres en las actividades escolares,
falta de apoyo y orientación psicopedagógica en algunas escuelas, escases de
recursos tecnológicos y material didáctico para la enseñanza, salarios desalentadores,
sobrepoblación en las aulas, entre
otros; lo cual no sólo les impide enfocarse en desarrollar un trabajo de
calidad sino que repercute negativamente en sus vidas personales, pues les
resta el tiempo para convivir con sus familiares, les obliga a buscar una
fuente de ingresos extra, y les resta energía y disposición para sus tiempos
libres, que es un derecho fundamental de todo ser humano. Según la ley se
plantean sólo 8 horas diarias de trabajo, 6 destinadas a la enseñanza y 2 a la
planificación de clases, revisión de tareas, coordinación con padres de
familia, refuerzo académico, preparación de material y capacitación docente,
pero todos sabemos que esas dos horas diarias no son suficientes para
desarrollar tales actividades de tan alta complejidad y que conllevan una suma
reflexión y responsabilidad. Según la ley, los estudiantes tienen la obligación
de respetar a los maestros y al personal administrativo laboral de cada
establecimiento, pero en las escuelas uno de los conflictos más frecuentes es
que los alumnos se oponen a la autoridad de sus maestros, denigran su
integridad y hasta han sido responsables de la destitución del trabajo de
muchos docentes inocentes, alguno padres defienden a sus hijos cuando el
profesor exige un mejor comportamiento de éstos. El gobierno (sobre todo de los
países latinoamericanos) sobreprotege a las generaciones estudiantiles, sobrecarga
de alumnos a cada maestro, invierte poco financiamiento en educación, lo cual
es evidente en las costosas pensiones que debe pagar cada padre de familia cada
mes y en los útiles escolares, también lo es notorio en la escaza oferta
educativa de las universidades en las diferentes provincias o estados de cada
país, en las comunidades no hay recursos tecnológicos que favorezcan la
alfabetización mediática y en las ciudades urbanas el servicio de internet es
nefasto.
Como
lo decía la figura pública: Jürgen Klaric: “Todos somos responsables de
este crimen llamado Educación, pero si hay algo que se destaca sobre todo es el sistema educativo”. Y en cuanto a mí,
al mencionar el “Sistema Educativo” no me estoy refiriendo únicamente a la
organización del macro-currículo, sino sobre todo a la forma en la que se
ejercen las leyes, los procesos judiciales además de las deficientes
inversiones económicas que realiza el gobierno en Educación.
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Este
preámbulo se presentó con la finalidad de mostrar que el cambio y la eficiencia
en la educación depende de todos nosotros (padres de familia, profesores y
estudiantes) y no únicamente de una institución, de un maestro o programa
educativo. A pesar de que muchas ideas a favor de la desescolarización son ciertas, no se puede
descartar del todo a la escuela, puesto que allí, se enseña a leer y escribir, ¿acaso
no es necesario saber leer y escribir para adquirir y elaborar conocimientos?;
también se enseñan buenos hábitos de alimentación e higiene ¿acaso no es
imprescindible que sepamos cuidar nuestra alimentación y mantenernos aseados
para favorecer una salud óptima?; así tenemos también otros conocimientos y
habilidades básicas que se adquieren y desarrollan como: sumar, restar,
multiplicar, representar datos en tablas de frecuencia, diagramas de barras, la
vida animal, los sistemas corporales del ser humano, la composición y
propiedades del planeta Tierra, la historia de cada país, una revisión general
de los hechos históricos mundiales, un idioma extranjero, reglas ortográficas
básicas, recitar, exponer, realizar una oratoria, etc., acaso alguien va a
negar que estos contenidos son útiles para nuestra vida, tampoco podemos pretender
que los niños únicamente aprendan las materias que a ellos les gustan, en
primer lugar porque cada uno tiene intereses diferentes, por lo cual sería
imposible para un solo maestro realizar esta labor al mismo tiempo y satisfacer
a todos, y en segundo lugar, porque, al menos en la escuela, todos los
cocimientos son básicos e interdisciplinares, es decir, para las Ciencias Sociales
se necesita de la Matemática, así como la Matemática necesita de Ciencias Naturales
para su ejecución. Por ejemplo, para calcular el aumento o la disminución de un
índice de analfabetismo a nivel nacional, necesito Estadística, que es una rama
de las Matemáticas; o para contar y multiplicar, necesito objetos del entorno
que provengan de la naturaleza material, solamente así podré entender de la
significatividad que tienen las matemáticas. Es preciso también que los educandos conozcan sobre todo tipo de contenidos, para que así también tengan un panorama más amplio sobre las diversas ciencias y sepan en un futuro elegir con conocimiento de causa sus carreras o trabajos futuros. Ahora, si los profesores no enseñan ni
evalúan a los estudiantes, quiénes lo van a hacer ¿Los padres? Pero ¿Acaso todos
los padres han estudiado Pedagogía y acaso todos ellos dominan los contenidos
disciplinares básicos? ¿Tendrán todos los padres la paciencia y el tiempo suficiente para enseñar a
sus hijos mientras se forman en Pedagogía y trabajan en otra labor a la vez? ¿Quién
más lo puede hacer? ¿La tecnología? ¿Acaso la tecnología puede diagnosticar el
problema específico que sufre el alumnado? ¿Podrá un programa informático
motivar, sensibilizar y contagiar el entusiasmo por seguir aprendiendo como lo
hace un profesor? ¿Una aplicación o un vídeo en internet pueden aclarar las
dudas específicas de cada educando? ¿Quién responderá a sus preguntas? Y en
caso de que lo mejor sea contratar un profesor privado para cada estudiante
¿Existe de verdad la posibilidad de reclutar un profesor para cada niño? ¿Tendrán
todos los Padres de familia las mismas posibilidades económicas para contratar los servicios de un
profesor privado?
En síntesis, y de acuerdo a los planteamientos anteriormente realizados, las escuelas sí son necesarias, pero no las escuelas con el sistema actual, sino escuelas en las que se les dé una cantidad justa de alumnos a cada maestro, un gobierno que reconozca verdaderamente el trabajo de los educadores, que sea más flexible, que dé la libertad a las instituciones de impartir las materias que consideren necesarias en correspondencia a las características de su comunidad, que brinden la posibilidad de reducir o suprimir las tareas propuestas por el Ministerio, si éstas interrumpen los proyectos escolares, que las capacitaciones y cursos de formación continua que sigan los profesores sean de acuerdo a sus posibilidades e intereses, que la rendición de cuentas sea de manera general y no tan detallada, que los proyectos elegidos a nivel nacional sean opcionales y no obligatorios, para que de esta manera, la escuela brinde un servicio de calidad, ajustado a las necesidades de cada estudiante y personalizando en la mayor medida posible, el proceso de enseñanza-aprendizaje, sin duda alguna: No hay ninguna cosa o entidad mejor para enseñar, que un maestro.
En síntesis, y de acuerdo a los planteamientos anteriormente realizados, las escuelas sí son necesarias, pero no las escuelas con el sistema actual, sino escuelas en las que se les dé una cantidad justa de alumnos a cada maestro, un gobierno que reconozca verdaderamente el trabajo de los educadores, que sea más flexible, que dé la libertad a las instituciones de impartir las materias que consideren necesarias en correspondencia a las características de su comunidad, que brinden la posibilidad de reducir o suprimir las tareas propuestas por el Ministerio, si éstas interrumpen los proyectos escolares, que las capacitaciones y cursos de formación continua que sigan los profesores sean de acuerdo a sus posibilidades e intereses, que la rendición de cuentas sea de manera general y no tan detallada, que los proyectos elegidos a nivel nacional sean opcionales y no obligatorios, para que de esta manera, la escuela brinde un servicio de calidad, ajustado a las necesidades de cada estudiante y personalizando en la mayor medida posible, el proceso de enseñanza-aprendizaje, sin duda alguna: No hay ninguna cosa o entidad mejor para enseñar, que un maestro.
Como se puede ver la labor de un educador es indispensable y es el
trabajo más maravilloso que puede existir, por lo cual, debemos dejar de lado
las críticas sin fundamento y valorar el empeño que pone cada maestro en su
tarea profesional, no sólo debemos quejarnos, debemos proponer alternativas de
solución viables y hacer escuchar nuestra voz al gobierno, exigiendo una mejor
educación, pero sobre todo, debemos empezar comprometiéndonos en nuestra
comunidad educativa, en nuestro entorno, siendo estudiantes que cumplen sus
tareas y que respetan las reglas institucionales, siendo padres responsables
que asumen todas sus obligaciones como representantes legales de cada niño o
adolescente, y siendo profesores que trabajan con vocación y con amor por sus
alumnos, con el deseo ferviente de formar personas que en el presente y en el
futuro se conviertan en seres de bien que contribuyan al desarrollo de la
sociedad que resuelvan los problemas venideros y que hagan de este mundo, como
siempre lo he dicho, un mejor lugar para vivir.
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Bibliografía:
- Klaric, J. (2017). Un crimen llamado educación, versión completa. [Vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/7fERX0OXAIY
- Klaric, J. (2017). Un crimen llamado educación. [Vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/m676KsisvXg
- Liguori, L & Nostei, M. (2013). Didáctica de las Ciencias Naturales. Santa Fé, Argentina: Homo Sapiens.
-
Riofrío, V. (2012). Marco Legal de la Educación en el Ecuador. Primera edición, Quito, Ecuador: EdiLoja.
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