¿Por qué no aprenden nuestros alumnos?
Existen dos tendencias extremistas en cuanto a las
causas del bajo rendimiento escolar estudiantil, la primera fue culpar
despiadadamente al alumno (porque tú no estudiaste bien y no prestaste atención
a tu profesor, es que no aprendiste); mientras que la tendencia actual es, por
lo general, culpar al profesor (porque usted no les motiva a los estudiantes y
no les enseña bien, es que ellos no aprenden).
Y si bien en determinadas circunstancias puede
resultar cierta, una suposición o la otra, no podemos deducir de manera tan
superficial que el profesor o el alumno
son los responsables de la falta de aprendizajes alcanzados por el estudiante,
cuando lo correcto sería indagar bien en
el caso, con el fin de realizar un diagnóstico global.
Como cualquier problema cotidiano, tiene una causa
que lo genera y sus respectivas consecuencias, lo mismo sucede en el terreno de
la Educación, por esto, nuestro enfoque
debe orientarse a encontrar las causas reales de los problemas de aprendizaje particulares, que no deben reducirse
a inferencias tan simples como: “el niño no comprende el texto, porque no lee correctamente”,
“no le va bien en las matemáticas, porque no memoriza las tablas de
multiplicar”, “no aprende, porque molesta mucho en clase”, etc. Quizás estos
juicios sean ciertos, pero es necesario llegar a conocer los factores
específicos que provocan estas situaciones. Por ejemplo: el niño no lee bien,
pero ¿Por qué no lee bien? ¿No siente motivación por la lectura? ¿Tiene
deficiencias en las habilidades visuales? ¿Sufre de algún trastorno en la
atención?.. Insisto con esto, lo que el
profesor debe hacer, es encontrar la verdadera causa del bajo rendimiento y atenderla.
El paradigma
del triángulo del aprendizaje,
plantea que la adquisición de conocimientos y habilidades depende de ciertas
condiciones en las áreas: socio-emocional, fisio-neurológica y de las
habilidades intelectuales. Esto quiere decir que si el estudiante presenta
problemas en alguna o en las tres áreas, todo el proceso de aprendizaje se
vería afectado (Blanco, 2016).
Triángulo del aprendizaje (Blanco, 2016) |
El área
de las habilidades intelectuales se refiere a procesos mentales básicos como la
memoria, la creatividad, el pensamiento crítico, la toma de decisiones, entre
otras, que son indispensables para poder evocar, describir y comprender
diferentes contenidos científicos.
El área
socio-emocional tiene que ver con aspectos como la motivación, la autoestima,
la autodisciplina, el autocontrol, el equilibrio emocional, la competencia
social, la vivencia de valores morales, etc. Sabemos que un niño triste, desmotivado,
poco sociable, antipático, irresponsable e irrespetuoso, difícilmente podrá
llevar a cabo procesos de aprendizaje adecuados en cada situación educativa.
Finalmente
el área fisio-neurológica hace referencia a procesos orgánicos que inciden en
el desempeño académico tales como: la alimentación, la maduración neurológica,
funcionamiento adecuado de los sentidos y percepción sensorial, trastornos de
aprendizaje, síndromes de atención o cualquier tipo de discapacidad en general.
Como ya
se mencionó, si hay algún inconveniente en una de estas áreas, es lógico que todo
el proceso de aprendizaje se verá afectado, ya que un mal funcionamiento en un
área podría perjudicar decisivamente en el funcionamiento de las otras áreas.
Por ejemplo: un estudiante al padecer de un campo visual estrecho, tiene
dificultades para leer, consecuentemente la falta de éxito en este proceso le
genera un desagrado continuo por la
lectura, lo cual, provoca que el niño casi no practique esta actividad,
disminuyendo aún más la probabilidad de desarrollar la habilidad lectora”. En este caso, los dos factores, tanto la inhabilidad
visual (perteneciente al área fisio-neurológica), como la falta de motivación
(perteneciente al área socio-emocional) impiden el progreso del estudiante en
la competencia literaria. Así, que habría que trabajar en los dos aspectos.
En la
literatura pedagógica nos podemos encontrar con diversos modos de clasificar
las causas por las que no aprenden nuestros alumnos, pero de una manera
general, se podría plantear la siguiente taxonomía.
A continuación se muestra otra clasificación muy simple, pero en
cierto sentido, más específica.
Resultados
|
Factores generales
|
Factores específicos
|
Soluciones |
Bajo rendimiento académico y
conductual
|
Déficit en:
|
Déficit en:
|
|
Pensamiento
crítico
Lenguaje
Productividad
Inteligencia
práctica
Razonamiento
matemático
Razonamiento
verbal
Lectura
Escritura
Coordinación
motriz
Coordinación
rítmica
Inteligencia
kinestésica
Concentración
|
Habilidades
intelectuales
|
||
Memoria
|
Ejercicio y estimulación
amena de las habilidades intelectuales
|
||
Evaluación
|
|||
Intuición
|
|||
Creatividad
|
|||
Solución de problemas
|
|||
Condiciones
neuro-fisiológicas
|
|||
Anatomía y/o fisiología cerebral
|
Atención médica,
psicológica, o terapéutica, según lo requiera la situación, y adaptaciones
curriculares.
|
||
Habilidades visuales y/o
auditivas
|
|||
Sistema cerebelo-vestibular
|
|||
Alimentación
|
|||
Maduración neurológica
|
|||
Sistema endocrino
|
|||
Intelecto (discapacidad
mental)
|
|||
Órganos sensoriales
(discapacidad sensorial)
|
|||
Motricidad (discapacidad
físico-motora)
|
|||
Procesos básicos
(dificultades de aprendizaje)
|
|||
Comportamiento
Socio-emocional
|
|||
Motivación
|
Educación en valores, y orientación
familiar.
|
||
Autodisciplina
|
|||
Competencia social
|
|||
Práctica de valores morales
|
|||
Gestión de emociones
|
|||
Proceso
de enseñanza-aprendizaje
|
|||
Atención a ritmos y estilos
cognitivos
|
Compromiso y continua
capacitación y reflexión docente.
|
||
Adecuación en el entorno de
aprendizaje
|
|||
Práctica de valores morales
|
|||
Foco en la adquisición de conocimientos
y no en el desarrollo de competencias necesarias para la vida.
|
|||
Uso de técnicas y recursos
didácticos
|
|||
Dominio de contenidos
académicos
|
Clasificación de las diferentes causas por las que nuestros alumnos no aprenden. Basado en el DSM-5 y en la obra "El universo de la inteligencia". |
Desde esta perspectiva, es preciso encontrar la causa nuclear,
o “la raíz de todos los males”. Esto en una situación práctica sería de la siguiente manera: si un niño no tiene bien desarrolladas sus habilidades
visuales, lo que tenemos que hacer es encontrar cuál de ellas es la que falta y
estimularla, o si descubrimos que el estudiante tiene un déficit en la memoria,
preguntarnos ¿Por qué le “falla” la memoria? ¿No asocia sus conocimientos
anteriores con los actuales? ¿No clasifica bien la información? ¿No adapta los
contenidos enseñados a sus esquemas mentales existentes? ¿Tiene un deficiente vocabulario?
¿Todas las anteriores? ¿Cuál es la verdadera razón por la que el niño no
aprende? Una vez que descubramos cuál es la causa nuclear en cada ocasión y las
atendamos oportunamente, podremos empezar
a ver los resultados deseados en los educandos. Para esto, es imprescindible el
apoyo de otros profesionales: como psicólogos, orientadores familiares,
médicos, terapeutas, doctores quiroprácticos, entre otros, según sea el caso. El punto es
que los profesores no lo podemos hacer todo, solos; la educación es un proceso integral
que está compuesto por diferentes vertientes y por ello, todos los miembros de la
comunidad educativa, profesionales de apoyo, y los medios de comunicación
deberían intervenir en este proceso. Esto, lo debemos
hacer, teniendo en cuenta que en algunas
circunstancias se requerirá de un tiempo considerable para ver la mejora,
pueden ser meses o incluso años, o en el caso de las dificultades de
aprendizaje o discapacidades, sabemos que los trastornos generalmente son de
carácter permanente y que le acompañarían al individuo en el transcurso de toda su
vida. Aquí, lo más importante es haber
sembrado una semilla en nuestros alumnos que con el tiempo dará los tan
anhelados frutos.
¿Y qué hacer mientras se mejora
en una habilidad? ¡El tiempo no espera! En primer lugar se nos presenta
la oportunidad de poner en práctica las virtudes como la paciencia,
la inclusión, el respeto y la
solidaridad; y después están las adaptaciones curriculares, tan idóneas para
que el niño avance en su desarrollo intelectual y conductual, acorde a sus
necesidades e intereses particulares.
Para
obtener más información se recomienda revisar la bibliografía citada y
seguir
la página de Facebook: Aprendices Exitosos
(https://www.facebook.com/aprendicesexitosos/), sito web donde se estará
publicando más
contenidos afines al ámbito de la educación.
Facebook: https://www.facebook.com/aprendicesexitosos/
Twitter: https://twitter.com/AExitosos
Bibliografía
- Asociación Estadounidense de Psiquiatría. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5ta edición). Arlington, Estados Unidos.
- Blanco, I. (2016). El Universo de la Inteligencia (3era edición). Mexico: LIMUSA.
- Coon, D.,
& Mitterer, J. (2010). Introducción a la psicología (12ma edición). Santa Fe,
Colombia: Cengage Learning.
- Flórez, R. (2005). Pedagogía del conocimiento (2da edición). Bogotá, Colombia: McGRAW-HILL Interamericana.
Excelente información. Cómo puedo adquirir más fuentes. Pues soy docente a nivel superior.
ResponderEliminarGracias por su comentario estimada Norma, las siguientes son algunas fuentes bibliográficas:
EliminarAsociación Estadounidense de Psiquiatría. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5ta edición). Arlington, Estados Unidos.
Blanco, I. (2016). El Universo de la Inteligencia (3era edición). Mexico: LIMUSA.
Coon, D., & Mitterer, J. (2010). Introducción a la psicología (12ma edición). Santa Fe, Colombia: Cengage Learning.
Flórez, R. (2005). Pedagogía del conocimiento (2da edición). Bogotá, Colombia: McGRAW-HILL Interamericana.